¿Por qué le tenemos tanto miedo al cambio? ¿Es
acaso que el simple hecho de que las cosas vayan a cambiar de curso nos asusta
hasta el punto de no abrirnos a nuevas oportunidades? ¿Será que nos costó
acostumbrarnos a todo como es ahora, a llegar a un acuerdo con nosotros mismos,
a asumir la realidad para que luego venga un factor externo a barrerlo y
empezar todo de nuevo? Pienso y pienso… Todos deben pensar y pensar quién es
este factor y cuál es su objetivo en venir a desorientarnos. ¿Por qué cambian
las cosas? ¿No les gustaría pausar un momento y que eso sea el pasado, el presente
y el futuro? Una simple mirada, una simple acción, un simple gesto que se
convierta en nuestro todo, en nuestro todo eterno, un todo en el que nos
sintamos cómodos, un todo que represente nuestro hogar, un todo hecho
especialmente para cada uno de nosotros. Pero, lamentablemente, el cambio
existe, y yo me vuelvo a preguntar… ¿Por qué le tenemos miedo al cambio?
La
vida es una secuencia de cambios. Todo se va transformando constantemente.
Llego a la conclusión de que el gran objetivo, la gran meta, el gran desafío,
es poder adaptarse a cada una de esas variaciones que nunca paran, y tratar de
afrontarlas de la mejor manera posible. La vida es ya. La vida es hoy. La vida
es esto que está sucediendo exactamente ahora. Cada suspiro que pasa es un
momento perdido (… ¿o aprovechado?). Al final de las cuentas, la vida es el
conjunto de cada momento que pasó y el inteligente es quien supo aprovechar
cada uno de ellos al máximo. La vida es una secuencia de cambios. ¿Vamos a
tenerle miedo a la vida?
31.5.2013