sábado, 2 de mayo de 2015

Siente domingo un sabado

    Ella agarra la lapicera y escribe. Escribe porque extraña. Escribe porque extraña esa persona que ella era mientras escribía. Pero lo que antes le salía como acto-reflejo para buscar y encontrarse ahora le resulta difícil. Está trabada. Tiene miedo a lo que pueda llegar a escribir, a no serse sincera o miedo a tal vez serlo demasiado.
   Tiene miedo. Está escribiendo con la cabeza, no con el corazón. Aunque esas son partes del cuerpo... No. Ella está escribiendo con los pensamientos, no con los sentimientos; ahí va mejor. ¿Qué busca?, ¿qué encuentra? Ella quiere ser papel, quiere ser palabras, quiere entenderse. Ella quiere que la tinta haga inmortal su sensación momentánea a domingo. Pero es raro... porque no es domingo. Es sábado. ¿Por qué siente domingo un sábado? ¿Qué significa sentir domingo? O mejor dicho, ¿qué significa sentir domingo para ella?
    Ella se escapa para ser encontrada. Se va a su galería. Se sienta. Se caga de frío. Escucha canciones en otro idioma que hablan del mal de amores y alguna que otra cada tanto de amor "del bueno". Mira el cielo nublado. Piensa. Espera que llueva. Se da cuenta que se acerca una porcioncita de cielo celeste y se decepciona. No sabe por qué. Tal vez porque ya no puede mirar más el cielo nublado ni pensar ni esperar que llueva. Y escribe. Ella agarra la lapicera y escribe.
      Escribe la sensación  domingo y la tristeza de saber en el fondo que no es domingo. Y escribe en tercera persona porque busca encontrarse y entenderse, pero no puede. No puedo. Siento domingo un sábado.

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