Este ocaso de domingo me encuentra escribiéndote porque, con tanto apuro, te dejaste algo. No sé si lo hiciste a propósito, si algún día planeabas volverlo a buscar o si lo reconocerás... pero te olvidaste algo que no me corresponde y no quiero hacerme cargo.
Me dejaste un recuerdo.
Me gustaría devolvértelo.
Espero que lo vengas a buscar. Tu paso puede haber sido fugaz, pero acordate que la mente puede convertir lo efímero en inmortal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario