sábado, 30 de junio de 2018

Chispas

Mi papá me dijo una vez que todo lo que escribía era muy autorreferencial.

Por mucho tiempo traté de cambiarlo, extraerme de mí por un rato, mirar con ojos ajenos situaciones ajenas. Usar zapatos que no me quedaban cómodos. Imaginar instantes cargados de emociones que jamás sentí. Traté... pero la "chispita de vida vivida" no dio el presente.
Entonces, para apropiarme de esas experiencias en terrenos desconocidos, busqué percibir las chispitas ya impresas en los libros de mi biblioteca. Leí a los grandes como Castillo, Borges y Cortázar. También leí a los "chicos", a esos cuyos apellidos pueden ser López, Pérez o Martinez y daría lo mismo.
Pero no dio lo mismo. Por lo menos a mí, no me dio lo mismo. Porque ese Pérez podría haber contado lo mismo que Martínez, o lo mismo que Borges; pero su pluma lo hizo único. Los textos de López gritan "López" en cada renglón. Sin querer queriendo, cada uno me dejó entrever un poco de lo que fue, de lo que es o de lo que quiere ser. Cada texto me mostró la cosmovisión de personas que no conocía, pero que ahora sí conozco un poco.

Y bueno, viejo, sí... todo lo que escribía era muy autorreferencial. Te cuento que todo lo que escribo hoy, también lo es.

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